Prometheus


Título original: Prometheus
Año: 2012
Duración: 123 min.
País:  Estados Unidos
Director: Ridley Scott
Guión: Damon Lindelof, John Spaihts
Música: Marc Streitenfeld
Fotografía: Dariusz Wolski
Reparto: Noomi Rapace, Michael Fassbender, Charlize Theron, Idris Elba, Guy Pearce,Logan Marshall-Green, Sean Harris, Rafe Spall, Emun Elliott, Benedict Wong, Kate Dickie, Patrick Wilson, Lucy Hutchinson, Giannina Facio
Productora: 20th Century Fox / Scott Free Productions / Dune Entertainment
Género: Ciencia ficción. Terror | Extraterrestres. Aventura espacial. Precuela
Web oficial: http://www.prometheuslapelicula.es/


Sinopsis

Un grupo de científicos y exploradores emprende un viaje espacial a un remoto planeta, una rara estrella recién descubierta, donde sus límites físicos y mentales serán puestos a prueba. El motivo de la misión es que los humanos creen que allá podrán encontrar la respuesta a las preguntas más profundas y al mayor de los misterios: el origen de la vida en la Tierra. (FILMAFFINITY)


Crítica por Gabriel Martínez

Es complicado hablar de esta película sin caer en la continua tentación de compararla con la primera entrega de la saga Alien (1979), no sólo porque se trate de su precuela, sino porque lejos de intentar ser un poco original no ha hecho sino copiar gran parte de los elementos que hicieron de ella la obra maestra que es pero, claro está, sin llegarle si quiera a las suelas de los zapatos.

Esa manía, por llamarlo de alguna forma, o moda de profanar grandes películas bajo el interrogante de ¿Qué pasó antes? o ¿Qué hubiese pasado si?, con la práctica se ha demostrado en gran cantidad de ocasiones que no ha dado nunca buenos resultados y que más bien debería formar parte de la imaginación del espectador, no del fruto de una mente sin ideas. Y algo más grave es, no que sea el mismo director al que por ley le correspondería hacer lo que le viniese en gana, sino la traición que se hace a sí mismo y a su obra para, de alguna forma, intentar complacer al público y de paso conseguir financiar un nuevo cuarto de baño en la casa de la playa. Aunque, por otra parte, viniendo de un cineasta capaz de realizar joyas como la mencionadaAlien, Blade Runner (1982) o American Gangster (2007), para después intercalarlas, incomprensiblemente, con films mucho más flojos como La teniente O’Neil (1997), Black Rain (1989) e incluso la sobrevalorada Gladiator(2000), no es de extrañar que acaben ocurriendo estas cosas.

La película cuenta la historia de un grupo de científicos que viajan a un planeta recién descubierto donde creen que se halla el origen de la Humanidad. Así, coma idea independiente, podría funcionar bien, pero quita interés, misterio y seriedad a la del octavo pasajero.

En el aspecto técnico, la película es perfecta. Grandes recreaciones, buenos planos y una gran fotografía; lo mínimo que se le puede exigir a un director de la talla del Ridley Scott. Con un buen arranque que, sin embargo, se pierde,como lágrimas en la lluvia, por la nula atmósfera de misterio que pretende crear, reforzada con una música que en varias ocasiones más que acompañar, molesta. Además de unos personajes poco creíbles, y a ratos ridículos, que pasan de científicos a idiotas como si de una sitcom se tratase, o haciendo chistes a lo John McClane cuando se ven en peligro.

De las interpretaciones destacan Michael Fassbender, un actor que se está labrando una buena carrera y que está genial en su interpretación de androide-fan de Lawrence de Arabia, y una ambigua e inquietante Charlize Theron que borda su papel de jefa del proyecto. Por otra parte, Noomi Rapace no desentona, pero su intento final de ser la Teniente Ripley no se lo cree ni ella. El científico guaperas, Logan Masrhall-Greer, sin duda, el peor de todos. Y un Guy Pearce, del que pocas veces se puede decir algo negativo, cuyo personaje de anciano centenario habría quedado mejor con alguien parecido a un anciano centenario y, además, se habrían ahorrado mucho dinero en maquillaje.

Scott, como director experimentado, no debería caer el en juego de la copia, y menos de la copia a sí mismo, disfrazada de homenaje, ni tener por qué confiar en recursos comerciales para vender su película.

Valoración (sobre 10): 5

Gabriel Martínez Ruibal

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